25 AÑOS MUERTOS.


La joven Blanche Monnier llevaba una vida bastante normal en 1876, en la alta sociedad parisina, hasta que cometió un “error” que le cobraría 25 años de su vida.
Blanche conoció a un abogado mayor que ella, quien vivía cerca de su casa en París y no tenía mucho éxito en sus negocios, pero a pesar de todas las críticas y la oposición total de su madre, Madame Monnier, se enamoró de él y no pensaba dejar su relación por darle gusto a nadie. Sin embargo, su madre estaba dispuesta a hacer lo que fuera para que su hija dejara a aquel hombre, a quien ella veía como “tóxico”. 
En poco tiempo, el mundo simplemente dejó de ver a la joven, quien desapareció por completo y de quien se desconocía su paradero. Su madre y su hermano lloraban su desaparición, pero lograron salir adelante y continuar con sus vidas. Sin embargo, lo que todos desconocían era el gran secreto que guardaban ambos. En 1901, la oficina del procurador general de París recibió una misteriosa carta anónima, la cual contenía un mensaje escalofriante…
Este comunicado simplemente era imposible de creer, ya que Madame Monnier siempre había sido vista como una mujer intachable de la alta sociedad, criada en una familia aristocrática y un ejemplo a seguir para su comunidad. Sin embargo, tuvieron que abrir una investigación y llegaron hasta su casa para asegurarse de que aquello que decía la carta fuese falso. Pero a su llegada, la entrada les fue denegada, lo cual los hizo forzar el ingreso y llevarse una gran sorpresa.

En el segundo piso había una puerta cerrada, la cual terminaron abriendo para descubrir un cuarto oscuro y maloliente. Al abrir las ventanas pudieron notar la presencia de una mujer sentada en la cama, cubierta de sobras de comida y excrementos. Se trataba de Blanche Monnier, la hija “desaparecida” de Madame Monnier, quien decidió arrebatarle su libertad para que no pudiese volver a ver a aquel hombre que tanto le disgustaba. Fue su prisionera en condiciones deplorables durante 25 largos años.
Su estado físico era lamentable, ya que pesaba poco más de 25 kilos y prácticamente estaba muriendo de hambre. La policía se la llevó a un hospital de inmediato y mientras la limpiaban, ella comentó que era agradable volver a ver el sol después de tantos años. Su madre fue detenida y llevada a prisión. Pocos días después, el estrés desmedido que sentía, le causó un ataque al corazón, así que ese mismo mes terminó falleciendo, pero antes hizo unas cuantas declaraciones acerca de la terrible decisión que tomó con la vida de su hija.
De acuerdo con Madame Monnier, ella encerró a su hija en el cuarto hasta que cambiara de opinión con respecto a la relación que mantenía con el abogado, pero la joven se negó a hacerlo, así que su madre no cedió, encerrándola durante todos esos años, a pesar de que el abogado falleció en 1885. La joven se alimentaba de restos y vivía rodeada de ratas.

En cuanto a su hermano, solo recibió un año y medio de prisión, ya que alegó que nunca restringió la libertad de su hermana, sino que ella podía renunciar a su encierro en cualquier momento. Aún se desconoce quien fue la persona que le salvó la vida a Blanche por medio de aquella carta anónima. Muchos afirman que fue un empleado de la casa, mientras que otros aseguran que habría sido su propio hermano.
Sea como sea, lamentablemente la mujer no terminó llevando una buena vida, ya que tantos años alejada de la sociedad, la enloqueció e incluso fue incapaz de volver a reintegrarse en el mundo, así que fue hospitalizada. En 1913, murió en un sanatorio de Bois.

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