LAS BRUJAS DE SALEM
LAS BRUJAS DE SALEM
La denuncia se inició cuando dos niñas, de 9 y 11 años de edad, comenzaron a sufrir convulsiones y espasmos. Entre sollozos afirmaron haber sido embrujadas por mujeres de la localidad que de noche creaban dobles de sí mismas. El juez local les creyó y así se inició una investigación que sumió a la ciudad en un clima de histeria colectiva, surgiendo cada día más niñas embrujadas y nuevos implicados, hasta alcanzar el sorprendente número de 141 acusados.
Más de 150 personas fueron detenidas y encarceladas, solo con acusaciones, sin embargo no llegaron a ser formalmente procesadas por el tribunal del condado. Al menos cinco de los acusados fallecieron en prisión, y las veintiséis personas que fueron a juicio fueron condenadas ante este tribunal.
LOS JUICIOS
Un rasgo particular de estos juicios fue que las denuncias de alucinaciones y contactos demoníacos surgieron entre un grupo de mujeres de la comunidad de Salem,
pero nunca se realizaron procedimientos serios para obtener pruebas de
tales prácticas, sino que casi todas las acusaciones se basaban en
rumores.
Los
propios jueces se dejaron llevar por la histeria religiosa de la
comunidad de Salem, formada mayormente por puritanos, que exigía
frenéticamente condenas a las presuntas brujas.
Las cuatro partes en las que se dividió la Corte Superior de la
Judicatura de 1693 se celebraron en la aldea de Salem, Ipswich, Boston y
Charlestown, pero solo se produjeron tres condenas de los treinta y un juicios llevados a cabo por la Corte Superior de Judicatura.
Los dos tribunales condenaron a veintinueve personas por brujería.
Diecinueve de los acusados (catorce mujeres y cinco hombres) fueron
ahorcados. Un hombre, Giles Corey, se negó a emitir declaración y murió lapidado en un intento de obligarlo.
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