LA PESTE NEGRA.


La falta de higiene y no las ratas habría propagado la peste negra según nueva evidencia publicada por un grupo de científicos de la Universidad de Oslo. La pandemia de peste más devastadora en la historia de la humanidad que afectó a Europa en el siglo XIV matando a un tercio de la población continental puede haberse propagado a través de pulgas y piojos alojados en humanos y no en roedores como se creía hasta ahora: según la teoría histórica serían los parásitos que vivían en los roedores los vectores de propagación de la peste bubónica que alcanzó un punto máximo entre 1346 y 1361.
En el artículo publicado en «PNAS», los científicos noruegos han explicado que usaron modelos matemáticos de los registros de mortalidad para demostrar cómo la plaga se habría propagado en diferentes escenarios y qué encontraron al hacerlo.
La también conocida como «muerte negra» que afectó devastadoramente a Europa, China, India, Medio Oriente y el Norte de África matando entre el treinta y el sesenta por ciento de la población europea fue causada por la bacteria Yersinia pestis, que pudo moverse entre las víctimas a través de varios vectores. Aquel que explica su propagación a través de las pulgas que saltaban de las ratas a sus anfitriones que murieron de la peste ha ido perdiendo credibilidad con los años ya que no explica la rapidez con que se propagó la pandemia. Además, nunca existieron informes de muertes masivas de ratas por la misma enfermedad. Según esta nueva revisión, los investigadores han presentado la nueva teoría que sugiere que pulgas y piojos que vivían en humanos está el origen de la propagación de la bacteria. Por ende, sería la falta de higiene el principal vector de la peste negra.
La variante de la bacteria «Yersinia pestis» que causó la pandemia y que apareció hacia 1320 en el desierto mongol de Gobi dejó los primeros estragos en aquel país: entre 50 y 70 millones de personas murieron en Mongolia; fueron los primeros casos hacia 1328. Los últimos casos alcanzaron la Rusia europea hacia 1353. Pocas veces se dudó tan claramente de la causa de la propagación de la peste negra como la investigación del equipo sueco y su nueva evidencia: los expertos comenzaron acumulando datos de registros de mortalidad. El equipo comenzó acumulando datos de registros de mortalidad con respecto a la propagación de varios brotes que ocurrieron en Europa entre los siglos XIV y XIX (uno de los cuales fue la Peste Negra). Luego crearon un modelo matemático que podría usarse para demostrar cómo se propaga cada uno de los brotes.
Los autores noruegos del estudio publicado en la revista científica PNAS –la publicación oficial de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos– fueron Katharine R. Dean, Fabienne Krauer, Lars Walløe, Ole Christian Lingjærde, Barbara Bramanti, Nils Chr. Stenseth y Boris V. Schmid. Los científicos ejecutaron el modelo en tres escenarios diferentes: en el cual el brote se debió a ratas, transmisión aérea o pulgas y piojos humanos. Según los investigadores, el escenario en el que el brote estaba relacionado con pulgas y piojos humanos ofrecía la mejor combinación posible con lo que realmente ocurría. Ninguno de los otros vectores, descubrieron, podría causar que la enfermedad se propague tan rápido como lo hizo. También señalan que las pulgas y los piojos humanos eran muy comunes en las personas durante el período de estudio debido a baños infrecuentes. Esta falta de higiene sería finalmente la causa de muerte de unos 25 millones de europeos en la Edad Media.

Rutas comerciales

La peste llegó a China desde Mongolia entre 1331 y 1334, un año después que grandes inundaciones que devataron extensas regiones del país. La peste avanzó hacia Birmania en 1330 alcanzando a India en 1342. Luego se extendería hacia Europa y Rusia. Según crónicas de 1353 un tercio de la población china murió por peste negra desde 1331. La pandemia histórica del siglo XIV se extendió a través de las rutas comerciales, llegó a Europa por la ruta de Crimea y no afectó al África subsahariana ni al continente americano. La peste negra demuestra para muchos estudiosos el fin de la crisis del sistema feudal, a pesar que también murieron muchos representantes de la nobleza: reyes como Alfonso XI de Castilla o Juana II de Navarra murieron de peste negra, así como Margarita de Luxemburgo, la reina consorte húngara esposa de Luis I, y Felipa de Lancaster, la reina consorte portuguesa de Juan I de Portugal.

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