MONJAS ASESINAS.


El encierro, el silencio, los amplios ropajes que les cubren todo el cuerpo... Definitivamente, el estilo de vida de las monjas presenta condiciones propicias para guardar los secretos más oscuros. Y los hay de todo tipo: amoríos, escándalos, robos, ¡e incluso homicidios! Si te cuesta creerlo, aquí te presentamos tres escalofriantes casos de monjas asesinas.

Durante la década de 1990, la argentina Marta Odera ingresó como novicia a una congregación, pero, no segura de su vocación religiosa, le fueron otorgados dos años de licencia. En ese tiempo decidió mudarse con Marta Silvia Fernández. El lazo que mantenían las dos mujeres nunca quedó del todo claro. De lo que no cabían dudas era de su terrible convivencia, en la que las discusiones, los gritos e insultos eran moneda corriente. Este violento ritual cotidiano tuvo un trágico final: el cuerpo de Marta Fernández fue hallado por los vecinos en el comedor de su casa, con 161 puñaladas.

Susana Acosta y Nélida Fernández se conocieron en un convento de Tucumán, Argentina. Tiempo después, empujadas por el profundo amor que sentían la una por la otra, se fueron a vivir juntas a un piso en la capital de la provincia. Allí fue donde, un día de julio del año 2006, recibieron a Beatriz Argañaraz. A raíz de ciertos conflictos laborales, la visitante y Acosta se vieron envueltas en una acalorada discusión. De las palabras pasaron a la violencia física, y Beatriz recibió un golpe mortal. Por el crimen, Susana y Nélida recibieron una condena de 20 años de prisión. A pesar de encontrarse tras las rejas, la pareja no permitió que su romance se desvaneciera y ¡contrajeron matrimonio!

El cadáver de la monja colombiana Luz Amparo Granada Bedoya fue hallado entre matorrales, cerca de una carretera, en noviembre de 1999. El cuerpo se encontraba desmembrado y con un disparo en la cabeza. La búsqueda del responsable de su homicidio apuntó a Leticia López Manrique, una religiosa de su misma congregación. El caso se presentó plagado de enigmas: cómo fue trasladado el cuerpo, los motivos del asesinato, los rumores acerca de un embarazo de la víctima y hasta posibles conexiones con el narcotráfico. En 2002, Leticia fue sentenciada a 14 años de prisión, y liberada dos años después.

¿Piensas que estas religiosas fueron culpables de semejantes crímenes?
En tal caso, ¿qué crees que las llevó a cometerlos?

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