VAMPIRA DEL RAVAL.
Enriqueta Martí, bautizada como la Vampira del Raval, es la protagonista de una de las leyendas negras más dantescas de la Ciudad Condal de todos los tiempos. Nacida en 1868, su nombre ocupó las portadas de los periódicos del momento tras la desaparición de una niña. Las investigaciones posteriores revelaron una serie de asesinatos macabros que convirtieron la historia de esta mujer en uno de los más oscuros capítulos de la crónica negra de Barcelona.
La leyenda sobre la Vampira del Raval, que pasó a la historia como secuestradora, proxeneta de niños y asesina en serie, arranca en 1912. El secuestro de una niña de cinco años, Teresita Guitart, indigna a la opinión pública. Empieza a ser demasiado habitual la desaparición de menores. Las investigaciones oficiales de la época desvelan que una vecina creyó haber visto a la niña con el pelo rapado en el piso de Enriqueta, en el entresuelo primera del 29 de la calle de Ponent. La pequeña le explicó que le habían cambiado el nombre por el de Felicidad. En los registros posteriores, la policía encontró a otra menor y una serie de objetos de lo más espeluznantes. Decretaron que Enriqueta, que ejercía también de curandera, elaboraba ungüentos con los flujos corporales de los niños que secuestraba, pócimas que vendía a las clases altas de Barcelona.
Las autoridades registraron dos pisos más donde había vivido Enriqueta y en ambos se encontraron restos humanos en falsas paredes y en los techos. Además, se destapó que años atrás había sido detenida acusada de regentar un burdel donde explotaría sexualmente a niños de entre 3 y 14 años. Sus contactos entre la burguesía catalana habrían facilitado que la causa quedase olvidada y el juicio nunca se celebrase.
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